Nací en Venezuela y desde niño, aliviaba con mis manos los dolores lumbares de mi madre. Aquellos gestos intuitivos despertaron en mí una conexión profunda con el arte del masaje.

Me formé profesionalmente en Publicidad y Relaciones Públicas. Aunque siempre me ha apasionado el mundo de la comunicación, con el tiempo descubrí una forma más sutil y poderosa de expresarme: el masaje, un lenguaje sin palabras que conecta cuerpo, mente y emoción.

Viví varios años en Argentina, donde me formé profesionalmente en masajes deportivos en la Asociación Argentina de Masajistas. Allí tuve la oportunidad de trabajar con atletas de distintos gimnasios, perfeccionando mis técnicas y comprendiendo la importancia del cuerpo en movimiento.

Hoy divido mi tiempo entre Portugal y España, y me encuentro próximo a recibir mi titulación como masajista terapéutico especializado en rehabilitación por el Sindicato Nacional de Masajistas de Recuperação e Kinesioterapeutas de Portugal.

Mi enfoque va más allá de lo físico: creo en el poder del intercambio de energías. Por eso, todos mis masajes comienzan y terminan con un abrazo —sincero, cálido, sanador. 

Entiendo que entregarse a un masaje es también abrir un espacio de vulnerabilidad, y por eso me esfuerzo en crear una atmósfera de absoluta confianza, paz y respeto.
Estoy aquí para acompañarte, escucharte, entenderte y ayudarte a reconectar contigo mismo a través del tacto consciente.
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